RETOS de SEDET en el Control del Tabaquismo en España

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Eduardo Olano. Secretario de la junta de SEDET

 

 

A veces hay que abandonar la zona de confort para emprender aventuras en terreno desconocido o supuestamente hostil. Esta es la situación en la que nos encontramos la mayoría de la nueva Junta Directiva de SEDET. De perfil mayoritariamente clínico, nos vemos abocados a ejercer funciones de expertos en control con el firme propósito de no ceder un palmo de terreno en la promoción de la salud de la población española.

Los retos que se nos plantean son múltiples. España ha caído muchos puestos en la implementación de medidas de eficacia demostrada para evitar la incorporación de una nueva generación de fumadores. El poder legislativo y ejecutivo mira hacia otro lado, quizás dormido en los laureles que supusieron las leyes de 2005 y 2010.

Como resultado de ello, la industria ha sacado pecho y aprovechado un resquicio legal para violentar el espíritu de aquellas normas con triquiñuelas dignas de ejecutivos sin escrúpulos y letrados sin vergüenza.

Obstáculos y retos ante el tabaquismo en el momento actual

En este contexto, las tareas por hacer son ingentes. La irrupción de nuevas formas de fumar apoyadas por una magna campaña publicitaria que incluye anuncios en marquesinas y vallas, eventos de “promoción indirecta” dirigidos a la juventud. A esto se suma la generación de incertidumbres de aspecto científico, y un sinfín de artimañas que seguiremos viendo.

Otros frentes abiertos son la extensión del consumo de cannabis entre la población juvenil (que se ha convertido en una nuevas “puerta de entrada” al consumo de tabaco) y el incumplimiento masivo en terrazas de las normas de protección a la salud de terceros.

Por otro lado, la falta de financiación de tratamientos efectivos y eficientes en la sanidad pública española y el déficit formativo en este tipo de tareas de la mayoría de sus profesionales, unido a la sobrecarga asistencial, la desmotivación y la falta de compromiso de los directivos sanitarios, genera una desatención manifiesta de los fumadores dependientes que necesitarían el concurso profesional para dejar de fumar.

Atrás queda el empoderamiento de la población a raíz del debate social promovido por las leyes antes citadas. Todo lo comentado en este artículo, está generando una progresiva vuelta a la normalización del consumo y, con ello, un repunte de la prevalencia del tabaquismo, sobre todo a expensas de jóvenes y mujeres.

Nuestros recursos son limitados, pero nuestra voluntad es inquebrantable. Somos sanitarios y estamos preparados. La declaración de Madrid 2018, suscrita por numerosas sociedades científicas y colectivos ciudadanos -incluida la SEDET- es un buen principio. Ahora nos toca ejercer presión para despertar el interés de los poderes del estado. Ahí estaremos.

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